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Orígenes de la Armónica
La armónica es un instrumento de viento que se toca soplando. Se puede realizar sobre uno de sus agujeros individuales o sobre varios agujeros al mismo tiempo. Cuando el instrumentista sopla, se genera una presión que provoca la vibración de la lengueta, creando así el sonido. Cada una de las cámaras cuenta con una serie de lenguetas de tono variable, que pueden estar fabricadas en latón o en bronce. Resulta interesante conocer que cada una de las lenguetas tiene un tono individual, el cual varía en función de cuál sea el tamaño de la lengueta. Así, las más largas se caracterizan por proporcionar un sonido profundo y bajo, mientras que las más cortas dan lugar a un sonido más agudo. En algunos tipos de armínicas, los tonos de las lenguetas incluso pueden variar a otra nota cuando el instrumentista sopla de una determinada manera. Si hay algo que caracteriza a este instrumento musical es que tiene cabida en un amplio abanico de géneros musicales: blues, jazz, música clásica, pop, e incluso rock and roll. Su mayor época de esplendor fue el Siglo XX, siendo uno de los instrumentos más vendidos de la época.
Historia de la armónica
El origen de la armónica se remonta a China en el año 3.000 a.C de la mano de la emperatriz Nyn Kwa, quien tenía un instrumento de lengueta denominado sheng. No obstante, la armónica se inventó en el año 1821, aunque fue evolucionando. Un relojero alemán unió quince lenguetas de tubo, dando lugar al arpa de boca. Posteriormente, otro relojero alemán le añadió a su armónica un fuelle de cuero vertical. Finalmente, un inventor de Bohemia inventó la armónica que se conoce actualmente, con diez agujeros, veinte lenguetas y alternancia de soplido y aspiración. A principios del Siglo XX, las armónicas alemanas gozaban de una gran reputación en Estados Unidos, donde numerosos artistas de diferentes géneros musicales comenzaron a utilizarlas. La popularidad de este instrumento en España llegó en la década de los 50 del Siglo XX con Joaquim Fusté Alcalà como principal impulsor.
¿De qué partes se compone la armónica?
- Peine: se conoce como tal al cuerpo del instrumento, la parte más importante del mismo. Se compone de celdas, las cuales cubren las lenguetas. La razón por la que se denomina peine es por su similitud con el peine para el cabello. Tradicionalmente se fabrica en madera, aunque actualmente también se pueden encontrar armónicas cuyo peine está fabricado en plástico o metal.
- Juegos de lenguetas: es así como se denomina al conjunto de varias lenguetas en un mismo soporte. Por lo general están fabricadas en latón, aunque en ocasiones también son de acero, aluminio y plástico. Por lo que general, esta pieza va atornillada al peine.
- Chapas protectoras: fabricadas en metal, su principal función es la de cubrir los juegos de lenguetas. Juegan un papel muy importante ya que se encargan de proyectar el sonido y, además, determinan la calidad del instrumento.
- Válvulas: se fabrican con tiras de plástico, tejido de papel o cuero. Se utilizan cuando dos lenguetas comparten una misma celda.
- Embocadura: y, por último, la embocadura, situada entre las celdas del instrumento y la boca del armonicista. En algunos casos está integrada en el peine, mientras que en otros es parte de la chapa protectora; en algunas armónicas es totalmente independiente.